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Nuestra historia

En el año 2009 se conocieron, por coincidencia, el empresario Camilo Gutiérrez y el caficultor y líder comunitario Jairo Villegas. Juntos empezaron a trabajar la visión de un nuevo modelo asociativo para convertir a un grupo de pequeños caficultores en pequeños empresarios. Inspirados en el potencial de la región para producir un café especial de origen, se dedicaron a buscar aliados y a darle forma a la Asociación de caficultores de El Retiro.

De la mano de Don José, los hermanos Henao y los hermanos Tobón nació la «café retiro», una marca de cafés especiales que trabaja con familiar caficultoras para cultivar, procesar y tostar el mejor café de origen.

 

Durante estos 14 años de trabajo duro nos hemos convertido en uno de los referentes del café especial en Colombia, tanto por nuestra calidad como por nuestro modelo de empresarismo social.

Este modelo está basado en los siguientes cinco principios, a los cuales nos hemos apegado desde nuestros orígenes:

La gran mayoría de caficultores colombianos son proveedores de materia prima. Esta la venden a cooperativas o marcas independientes según el precio del día, dictado por la Bolsa de Nueva York.

Con los precios fuera de su control, el productor está en la base de la industria cafetera. Incluso hay ocasiones donde el caficultor pierde dinero y no alcanza siquiera a cubrir sus costos de producción.

En café retiro nos basamos en estas realidades para montar un modelo donde los caficultores trabajan permanentemente de la mano de la marca para mejorar sus procesos y condiciones. Esto implica para ellos dejar de pensar como proveedores y actuar como empresarios que se esfuerzan por hacer lo mejor para ganar mejor.

El modelo de cooperativa es la fórmula más exitosa a nivel mundial para los productos gourmet con denominación de origen: los vinos, aceites y quesos más famosos del mundo son creados por pequeños productores trabajando en equipo.

Estas cooperativas son nuestro referente e inspiración porque funcionan como empresas, creando productos y acreditando sus marcas antes que comercializando materias primas. Estos pequeños productores han comprendido que juntos pueden generar un valor agregado enfocándose en la calidad como diferenciador.

La industria del café no es sostenible con subsidios. Los programas de asistencialismo económico son medidas de urgencia y superviviencia, y no logran generar progreso con mejora continua en el mediano y largo plazo. La calidad de vida depende de una sostenibilidad que toca los beneficios económicos, ambientales, sociales y emocionales.

El hecho de tener un trabajo digno, de ser el dueño de su propia empresa y de convertirse en el símbolo de una sociedad son beneficios cualitativos de un valor inmenso, tanto más difícil de encontrar que los económicos.

Entre la mata y la taza existe una larga cadena de valor. Aquellos que participan en las fases después del cultivo, al estar más cerca del consumidor final, perciben los mayores beneficios del negocio.

Apostamos por trabajar a lo largo de toda esta cadena, desde la mata hasta la taza; esto nos permite ofrecer un portafolio mixto entre productos y servicios. Crear marca, manejar programar de servicio al cliente y desarrollar canales propios de distribución es lo que nos hace una compañía rentable y relevante.

Colombia es una oportunidad en materia de cafés especiales. Tenemos, además de una gran calidad y diversidad en la materia prima, un mercado virgen donde está todo por hacer en temas de consumo, preparación y cultura cafetera.

El café será un tema como los vinos. Hace quince años este era un mercado prácticamente inexistente en Colombia, con poca diversidad en la oferta y precios altos. Con la apertura internacional y el empuje de todo un gremio, el vino es ahora un producto de consumo común entre el público general.

En café retiro existimos por el café especial, y éste sólo puede venir de condiciones especiales — una región privilegiada, un modelo único, un equipo de caficultores diferentes y unos clientes especiales.

Nos emociona hacer parte de la transformación de Colombia desde la cultura cafetera y nos llena de motivación cuando nuestra historia sorprende a quienes la oyen por primera vez. Somos felices al ver a tantos colombianos acostumbrados a la greca y la pasilla finalmente descubriendo los verdaderos sabores del café suave de Colombia.

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